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INSTITUTO DE PROTECCION RADIOLOGICA INGENIERIA EN PREVENCION DE RIESGOS

Calendario de Cursos Online de Técnicas de Manejo de Residuos Hospitalarios (REAS), Año 2021.

Calendario de Cursos Online de Técnicas de Manejo de Residuos Hospitalarios (REAS), Año 2021.

Corresponde al decreto Supremo Número 6 Sobre el “Manejo de Residuos Clínicos y Hospitalarios de de Establecimientos de Atención de Salud (REAS)”.

En el se establecen las condiciones sanitarias y de seguridad básicas a las que deberá someterse el manejo de los residuos generados en establecimientos de atención de salud
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Curso Abierto de Procedimientos de Manejo y Almacenamiento Seguro de Sustancias Peligrosas Online, Año 2021

IPR / Ingeniería en Prevención de Riesgos “empresa líder en capacitación y seguridad química ”, realizarán durante el año 2022 el Curso Abierto de SUSPEL.  Curso Sobre el Actual Decreto Supremo Nº43.

SUSPEL

El Actual Decreto considera entre otras consideraciones nuevas, lo siguiente:

  . Mejora respecto al almacenamiento de sustancias Peligrosas en Bodegas y el  Almacenamiento a Granel.
  . Detalla de mejor forma el Almacenamiento de Pequeñas Cantidades de Sustancias Peligrosas.
  . Aclara en exclusiones el almacenamiento de sustancias peligrosas en Zonas de Producción.
  . Aumenta cantidad en toneladas para solicitar Autorización Sanitaria.
  . Incluye tabla de incompatibilidades.

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Salud Ocupacional: Ciclo de Vida de la Seguridad

Como asesor en temas de Seguridad e Higiene en el Trabajo, el Experto en Prevención de Riesgos interactúa con todos los estamentos de la organización, desde la alta dirección hasta los trabajadores, pasando por los mandos medios, siendo generalmente muy cercano al trabajador.

Por lo general, el trabajador asocia la Seguridad con el uso de casco, calzado de seguridad, guantes y otros EPP básicos, pero esta va mucho más allá y consta de un trabajo de gestión más silencioso que el trabajador generalmente no ve. Lo que podemos llamar el “Ciclo de Vida de la Seguridad” es la planificación de esa gestión que, finalmente, será el pasaporte a no tener trabajadores accidentados en las empresas.

Identificación de peligros y evaluación de riesgos:
Es una de las etapas más importantes, porque se debe identificar, dentro de los procesos de la empresa, cada peligro existente y luego evaluar los riesgos. Para esto, se emplean distintos parámetros y se usan las estadísticas que generan las empresas o, en algunos casos, la experiencia de jefes, supervisores, trabajadores y del mismo Experto en Prevención de Riesgos.

En este sentido, resulta muy importante conocer en detalle el funcionamiento de los distintos procesos de la empresa y analizar cada peligro existente mediante análisis seguros de trabajo, siendo esencial la participación de todos los estamentos de la empresa.

Propuesta de Seguridad:
Esta actividad del profesional de Prevención de Riesgos consiste en analizar los resultados obtenidos y proponer Medidas de Control para minimizar la Magnitud de Riesgo. Con esto, se pretende disminuir la probabilidad de que un trabajador resulte lesionado por los peligros existentes en cada actividad dentro de las empresas.

Aplicación:
Ya resueltas todas las etapas de identificación, evaluación, análisis y propuesta, viene una de las fases más complejas: la puesta en marcha de todas las recomendaciones y planes propuestos. Generalmente, esta etapa es la más difícil, porque deben interactuar muchos actores. En este sentido, los cambios de hábitos de jefaturas y trabajadores, en ocasiones, pueden llegar a ser complicados de lograr.
Verificación y seguimiento:
Ninguna planificación tiene sentido si no se hace un seguimiento, ya que es la única forma de verificar la efectividad de las medidas propuestas y recomendadas. En ese instante, veremos si fuimos efectivos o tenemos que aplicar reingeniería.

En nuestro país, tenemos buena legislación que favorece la seguridad de nuestros trabajadores, por lo que se hace necesario dar cumplimiento a toda la normativa existente. Según el Código del Trabajo, los empleadores tienen el deber de proteger la vida y salud de cada trabajador. ¿De qué manera damos cumplimiento a esto? Aplicando las etapas del Ciclo de Vida de la Seguridad y dando cumplimiento a toda la normativa legal.

7 cosas que usamos todos los días y emiten tanta radiación como un teléfono móvil

Muchos viven preocupados por la radiación que emiten los teléfonos móviles y la posibilidad, nunca comprobada, de que provoquen cáncer cerebral. Si la radiación de tu móvil te preocupa, déjanos contarte que cada día te expones otros tantos objetos que también emiten radiación y quizá no lo sabías.

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7. Cigarrillos

¿Creías que la nicotina y el alquitrán eran los únicos elementos peligrosos en los cigarrillos? La planta del tabaco absorbe radiación durante su proceso de cultivo. Al fumar, el humo entra a tu cuerpo afectando directamente a tus pulmones.

El plomo y polonio radiactivo se esconde en tus pulmones y a medida que sigues fumando, tus pulmones atrapan la radiación de forma más eficiente. Como el aire que circula por lo pulmones pasa por todo el cuerpo, expones tu organismo a radiación interna. Además, quienes se exponen a humo de segunda mano, también reciben su cuota de radiación.

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6. Hornos microondas

El mejor invento para la cocina también emite radiaciónEl microondas libera radiación electromagnética y no basta con cerrar bien la puerta, ya que parte de ésta queda en los alimentos cocinados. Además, con el tiempo el sello que impide que la radiación escape puede ceder, por eso se recomienda realizar un mantenimiento periódico de tu microondas y cambiarlo ente menor falla.

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5. Lámparas fluorescentes

Esos focos fluorescentes que reemplazaron a los tradicionales también emiten radiación. Estas lámparas emiten rayos UVBUVA y radiación infrarroja. Si bien no son altas cantidades, tenemos varios encendidas a la vez en casa, a veces por largos periodos del día.

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4. Televisores

Ya casi no están en uso, pero esos viejos televisores que utilizaban rayos catódicos fueron indicados como fuente excesiva de radiación, lo mismo se aplica a los antiguos monitores para computadoras. Los actuales LCD, LED o de plasma necesitan obtener una certificación antes de salir al mercado y son considerados mucho más seguros.

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3. Teléfonos inalámbricos

Las lineas de telefonía casera requieren de aparatos para llamar y contestar, y es común que en casa tengamos uno o más teléfonos inalámbricos. Estos dispositivos, además de sus bases, son fuente de emisión de radiación en todo momento, estés o no utilizándolos. En el mercado, se ofrecen modelos especiales con baja emisión radioactiva.

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2. Redes WiFi

El WiFi nos libera de cables a la hora de utilizar Internet, pero pero para trasmitir y recibir la información utiliza ondas que liberan radiación y crean campos electromagnéticos. De ser posible, ubica el router de tu casa lo más lejos de habitaciones y utiliza tus computadoras o móviles a una distancia de al menos dos metros. Si tu red no está en uso, es mejor apagarla.

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1. Exámenes de imagenología médica

Rayos X, escáners, resonancias, etc., todos son necesarios para realizar un diagnóstico. Si bien la cantidad de radiación liberada no es demasiada, preocupa la acumulación que se puede dar en el cuerpo por su uso excesivo. Las máquinas usadas actualmente, emiten la menor cantidad posible de radiación, por lo que incluso son seguras en embarazadas, pero no deben usarse más de un par de veces y sólo por indicación médica.

Antes de tenerle terror a los teléfonos móviles, tienes que darte cuenta que la radiación está presente en objetos cotidianos, tal como las 7 cosas que emiten radiación y que utilizas normalmente.

La buena noticia es que estos no son peligrosos para la salud, ya que sus emisiones no están por sobre el límite considerado seguro, pero si quieres escapar de la radiación ni siquiera te sirve ir a esconderte a las montañas, ya que la luz solar también es una fuente radioactiva.

Radiografías a niños, ¿qué debemos saber?

La importancia de las radiaciones ionizantes y sus efectos al cuerpo han tomado relevancia en las últimas décadas. Centrando la atención en los estudios de imagen y grupos de riesgo, especialmente las radiografías a niños.
Aquí haremos un resumen de los aspectos más importantes de las radiografías a niños, riesgos y las medidas de protección actuales.

Radiografías a niños
El abordaje del tema de las radiaciones ionizantes es complejo, en principio, esto es debido a que no se ven y sus efectos tardan en aparecer, haciendo que con frecuencia no sea tomado en cuenta.
En particular los padres que llevan a estudios radiológicos a sus hijos, y que se enfocan en la obtención de un diagnóstico y muchas veces no se tiene consciencia de los peligros de las radiografías a niños.
La radiología es una de las ramas de la medicina que ha tenido más crecimiento tanto cuantitativo como a nivel tecnológico.  Se estima que aproximadamente 300 millones de niños son expuestos a radiación por razones médicas anualmente, en su mayoría estudios diagnósticos convencionales, fluoroscopias y tomografías. A 37 millones de niños se le realizan estudios de resonancia y 7,5 millones reciben radioterapia. En especial, el uso de tomografía en niños ha aumentado en 800% desde la década de los 80 hasta la actualidad.
De todos las personas expuestas a radiación médica hay tres grupos de riesgo, donde se acentuan las medidas de protección: niños, embarazadas y personal de áreas de radiología.

Peligro de la radiografía a niños
Podemos decir, que existen 2 tipos de efectos perjudiciales de las radiaciones de uso médico:

En niños, esta exposición a la radiación médica es particularmente importante debido a que:

Lo que hay que saber sobre las radiografías infantiles
Los seres humanos recibimos regularmente radiaciones ionizantes a través de los rayos solares, suelo y del ambiente en cantidades muy bajas. La cantidad diaria se estima en 3 mSv (milisievert= unidad de medida de radiación).
La principal fuente artificial es la radiación por motivos médicos. Para tener una idea de la radiación en los procedimientos de rutina se compara la radiación de un estudio con la radiación recibida en forma natural por unidad de tiempo:

De manera tal, que vemos como las radiografías infantiles que consideramos rutinarias pueden tener un gran impacto en la salud a largo plazo.
pulmón de un niño
Dosis en radiografías a niños
Cuando el pediatra indica alguna radiografía a niños en forma aislada no representa un problema médico.
El planteamiento cambia cuando se indican series de radiografías a niños, o  estudios dinámicos, de contraste, fluoroscopias o tomografías computarizadas pediátricas.
En esos casos, siempre se sugiere llevar un registro de las radiografías o tomografías hechas al menor.
No obstante, la mayor parte de las instituciones hoy en día ponen en práctica protocolos de trabajo que disminuyen la exposición a la radiación en niños, con el claro objetivo de llegar a un diagnóstico correcto de la forma menos invasiva y al menor costo posible, tanto para las instituciones de la salud como para los pacientes.

  1. En primer lugar, a nivel técnico se debe ajustar la dosis de radiación de acuerdo al peso, tamaño y edad del niño. Los equipos en la actualidad ya están diseñados para facilitar esos ajustes. Además, el personal radiológico tiene bastante conciencia de estos aspectos y respeta los protocolos de trabajo en niños.
  2. En segundo lugar, es la evaluación de la necesidad del estudio, evitando:

Radiación a acompañantes
Hay que tomar en cuenta la debida protección de radiación a acompañantes que con frecuencia son expuestos cuando participan en el procedimiento, sobre todo en niños pequeños. Hay que tomar en cuenta:

acompañantes en una radiografía
Tomografía computarizada pediátrica (TC)
Las tomografías representan las principales fuentes de radiación médica.
Se considera que el 2% de 1,4 millones de cáncer en niños se relacionan con TC. El riesgo de sufrir tumor cerebral y leucemia se multiplica por 3 cuando se realiza TC en la niñez.
Las dosis aproximadas de radiación son:

Por ello, se trata de evitar los estudios de múltiples fases en niños, así como procedimientos guiados por tomografía donde la radiación es aún mayor.
Hay que tener particular cuidado con la protección ocular, mamas, gonadas y tiroides, usando blindajes de 2 mm. de bismuto, con una cubierta de látex, que logra disminuir en 40% la dosis de radiación.
Siempre hay que considerar una mejor alternativa (menos ionizante), como es el caso de la ecografía o la resonancia magnética (RM).
En muchos casos la resonancia magnética ofrece ventajas, debido a que tiene una buena resolución, el contraste es regulable, y ofrece mejor resolución vascular.
En caso de investigar cerebro, riñones y corazón son los estudios de elección. Además hay que considerar sustituir la TC por RM en casos de lesiones osteomusculares y torácicas. La única desventaja de la RM es cuando hay algún instrumento metálico (placas de titanio, marcapasos, etc) y que los niños son más sensibles al contraste paramagnético a nivel renal.
De todas formas, quien siempre debe tener la última palabra es el especialista, que evaluará los pros y contras del uso de una práctica como la tomografía.

¿Cuál es el origen del Trébol Radiactivo?

El símbolo que se utiliza para indicar la presencia de radiación es lo que se conoce como “trébol radiactivo”, un círculo negro del que salen tres alas formando 120º entre sí sobre un fondo amarillo de forma triangular (como todos los símbolos que indican peligro) . Hace un tiempo leí su historia y me pareció curiosa y bonita de contar. Ahí voy.

El primer icono conocido de advertencia de radiación fue diseñado en agosto de 1946 por un ingeniero mecánico, Cyrill Orly, que trabajaba en el Departamento de Radiación de la Universidad de Berkeley junto con otros ingenieros.

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Placa de latón diseñada por Cyrill Orly y que fue colocada en la puerta del laboratorio en el que se encontraba un ciclotrón.

Placa de latón diseñada por Cyrill Orly y que fue colocada en la puerta del laboratorio en el que se encontraba un ciclotrón.

Los colores que se eligieron inicialmente fueron el violeta para el símbolo y azul celeste para el fondo. La razón es que en aquella época los científicos tenían una lista de colores para marcar los artículos con los que trabajaban y el violeta era precisamente el que se utilizaba para los más valiosos. Además escogieron el color azul porque les gustaba: era un color poco habitual en los laboratorios y contrastaba bien con el violeta. Pronto se cambió el violeta por el negro, que era más fácil de conseguir, y también reconocieron que el azul no era una buena elección porque es un color que no está asociado con el peligro.

Entonces aún no se conocían en profundidad los efectos negativos de la radiación y originalmente el símbolo fue pensado para su uso local en Berkeley, principalmente en forma de etiquetas colgantes y de pegatinas para colocar en las puertas como señal de advertencia. Enseguida el uso del símbolo se empezó a extender entre los grupos de científicos que trabajaban con radiaciones ionizantes y, tras muchos cambios y variantes, en los años 50 el ANSI (American National Standards Institute) obligó a que el símbolo fuera el actual: icono negro y fondo amarillo.

Nels Garden, el que era entonces director del Grupo de Química de la Salud de Berkeley, escribió al respecto años más tarde explicando que cuando surgió la idea mucha gente de su grupo se interesó por ello y que propusieron diseños muy diferentes. El que tuvo más éxito fue el de Cyrill Orly, que parecía representar los tres tipos de radiación (alfa, beta y gamma) saliendo del interior de un átomo y fue por el que se decantaron. Sin embargo, Garden reconoció que su origen no estaba claro y hoy en día se sigue especulando sobre ello. Hay quien dice que ese símbolo ya se usaba antes en una base naval cerca de Berkeley para advertir de la presencia de hélices giratorias. Otros que guarda mucha similitud con un símbolo de radiación que utilizaban algunos laboratorios antes de 1947, que consistía en un punto rojo con cuatro o cinco líneas radiales del mismo color. Y otra idea que defienden algunos es que el diseño, creado justo un año después del lanzamiento de las bombas en Hiroshima y Nagasaki, recuerda a la bandera de batalla japonesa, que representa rayos saliendo de un sol naciente. Cualquiera podría ser cierta, pero a mí me gusta el de la bandera japonesa. Lástima que ya no se le pueda preguntar por ello a su creador.

bandera batalla japonesa

En aquellos años el material radiactivo se utilizaba en un número reducido de espacios y además controlados, a los que sólo tenía acceso el personal restringido y que ya conocía previamente el significado del símbolo. Sin embargo, el gran éxito de la radiactividad ha hecho que su uso se extienda por todo el mundo, en nuestras ciudades y también en los lugares más remotos de África, América y Asia, donde hay además muchos basureros de residuos en los que se abandonan fuentes y material radiactivo de desecho, en algunos casos con actividades altísimas.

Aunque a nosotros el símbolo nos resulte familiar y sepamos qué es la radiactividad y cuáles sus riesgos, existen millones de personas en el mundo que no, fundamentalmente en los países subdesarrollados, que es precisamente donde existe menos o ningún control sobre las fuentes. A finales de los noventa la IAEA hizo un estudio en distintos países y se descubrió que la gran mayoría de la población no tiene ni idea de lo que es la radiación ni sabe interpretar el significado del trébol radiactivo. De hecho, sólo el 6% de los encuestados en Kenia, Brasil e India reconocían el símbolo por lo que era.

Por ello en el año 2000, en una Conferencia Internacional de Protección Radiológica en Argentina, se llegó a la conclusión de que era necesario introducir un símbolo radiactivo nuevo que pudiera ser interpretado por todo el mundo como señal de peligro. Desde ese momento la IAEA se puso a trabajar en ello y, tras ser aprobado por las Naciones Unidas, en febrero de 2007 la ISO (International Organization for Standardization) publicó un nuevo símbolo radiactivo.

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Este símbolo no se ha diseñado con intención de sustituir al trébol, sino que está pensado para colocarse solamente sobre la fuentes radiactivas de muy alta actividad (con riesgo de producir la muerte o daños muy graves) con el objetivo de reducir el riesgo de irradiación accidental. Además no se coloca en la carcasa exterior o en los paquetes de transporte, es decir, no es visible cuando la fuente se usa normalmente, sino tan sólo para alguien que intente desmantelarla. Tal y como explicó en una entrevista Carolyn MacKenzie, una especialista de la IAEA que colaboró en el diseño del nuevo símbolo, “no es posible enseñar al mundo que son las radiaciones, pero podemos advertir a la gente de las fuentes peligrosas por el precio de una pegatina”. Y no cabe la menor duda de que, efectivamente, consigue su objetivo, diferente al del trébol que diseñó el ingeniero americano Cyrill Orly hace casi setenta años.

Fuente Desayuno con Fotones.

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Higiene Industrial: Agentes químicos en centros de salud.

¿Qué es higiene industrial?

La higiene industrial es una técnica de prevención de enfermedades laborales mediante la actuación en el medio ambiente de trabajo. En el sector salud, el uso de agentes químicos es tan habitual que se hace necesario un protocolo de prevención de riesgos laborales para evitar intoxicaciones. 

La definición considerada como oficial es la de la American Industrial Higiene Association (1959): “La higiene industrial es la ciencia de la identificación, evaluación y control de aquellos factores o agentes ambientales, originados por el puesto de trabajo o presentes en el mismo, que pueden causar enfermedad, disminución de la salud o del bienestar, o incomodidad o ineficiencia significativos entre los trabajadores o los restantes miembros de la comunidad”.

¿Qué son los agentes contaminantes?

En el medio ambiente laboral, están presentes una serie de agentes agresivos que pueden producir alteraciones en la salud de los trabajadores, si se está expuesto a ellos el tiempo suficiente.

Estos agentes agresivos reciben el nombre genérico de contaminantes.

Tipos de Agentes contaminantes

Los agentes contaminantes pueden ser de tres tipos, dependiendo de su naturaleza:

Agentes Químicos en el Ámbito Sanitario

Los trabajos pertenecientes al sector sanitario, ya sea en hospitales, laboratorios, consultorios, o en otros espacios de atención al paciente, tienen riesgos laborales específicos originados por actividades, instalaciones y equipos específicos del sector sanitario.

Además de los riesgos propios asociados a todo lugar de trabajo, que en el caso de la actividad sanitaria se desarrolla en edificios cerrados, generalmente complejos tanto en dimensiones y distribución y que por su carácter son lugares compartidos por pacientes y familiares

Los establecimientos de salud utilizan habitualmente decenas de compuestos químicos que pueden ser peligrosos tanto para el ambiente como para la salud de los trabajadores y de la comunidad.

Algunos de ellos se han relacionado, entre otras enfermedades con malformaciones congénitas, cáncer y asma.

Estos compuestos alteran la calidad del aire interior de los hospitales y en muchos casos, una vez usados, se convierten en residuos peligrosos que, de no manipularse adecuadamente, tienen un alto impacto ambiental.

Los efectos de algunos de estos compuestos químicos sobre la salud de las personas y el ambiente son conocidos y han sido objeto de esfuerzos para eliminar o, al menos, minimizar su utilización, como por ejemplo, el mercurio, el DEHP (di(2-etilhexil)ftalato) o el óxido de etileno (usado como gas para esterilización en frío).

¿Qué son los agentes químicos?

Los agentes químicos son sustancias, preparados o mezclas, que se utilizan en el medio laboral con diversas funciones.

Hay miles de sustancias químicas conocidas y utilizadas en el mundo del trabajo.

Algunas de ellas son sustancias naturales, pero la mayoría son sintetizadas por el hombre.

El número de sustancias sintetizadas cada vez es mayor.

Todos los agentes químicos son capaces de producir efectos negativos sobre la salud de los trabajadores si los agentes químicos se encuentran en determinadas cantidades y si los trabajadores están expuestos a ellos el tiempo suficiente.

A los agentes contaminantes químicos se les denominan tóxicos, porque son sustancias ajenas al organismo capaces de causar un efecto nocivo en el hombre.

Para producir estos efectos negativos, es necesario que los agentes penetren en el interior del organismo.

Factores condicionados por el efecto tóxico

El efecto tóxico de estas sustancias está condicionado por una serie de factores.

Los factores más importantes son:

La vía de entrada determina en gran medida el potencial efecto tóxico del agente químico.

Un mismo agente contaminante puede producir distintos efectos según la vía por la que penetre.

Vías de entrada al organismo

Hay, fundamentalmente, cuatro vías de entrada al organismo:

Vía respiratoria

Es la vía más importante en el ambiente laboral.

La vía respiratoria es la más común y la más grave porque la mayor parte de las veces no somos conscientes de la presencia del contaminante en el aire y no podemos “dejar de respirar eternamente” para protegernos del contaminante.

Muchos tóxicos se dispersan por el aire en el ambiente de trabajo, pudiendo ser respirados.

Estos contaminantes en el aire pueden presentar varias formas:

En el caso de las partículas, el tamaño de estas determina el nivel máximo de alcance dentro de las vías respiratorias.

Es decir, las partículas más grandes quedarán retenidas en las zonas superiores, en la nariz, mientras que las partículas más pequeñas serán capaces de llegar hasta las zonas más profundas de los pulmones.

Éstas son las más peligrosas.

Vía dérmica

Vía de entrada muy importante en el medio laboral, la segunda más importante después de la respiratoria.

La piel es una barrera que nos separa y nos protege del ambiente exterior.

Sin embargo, algunas sustancias tóxicas tienen la capacidad de penetrar a través de la piel muy fácilmente, como algunos disolventes.

Vía digestiva

Es menos frecuente que las dos vías anteriores.

Normalmente, la entrada por esta vía, es decir, por ingestión, se produce por malos hábitos de higiene, como puede ser comer con las manos impregnadas con tóxico, fumar en el lugar de trabajo, masticar chicle durante la jornada laboral, comerse las uñas, etc.

En estas prácticas, se ingieren accidentalmente cantidades de tóxico que pasan al aparato digestivo.

Vía parenteral

Vía de entrada de contaminantes menos frecuente, aunque en determinadas profesiones puede ser más común (personal sanitario, personal de laboratorio, etc.).

La vía parenteral es la entrada del tóxico de manera directa a través de una discontinuidad de la piel, como pueden ser heridas, punciones, cortes, úlceras, etc.

Por estas zonas abiertas, el tóxico entra mucho más fácilmente al interior del organismo.

Esta vía de entrada es muy importante en los profesionales sanitarios, ya que en estos trabajos se producen numerosos accidentes por pinchazos con jeringuillas y otros objetos.

No todas las vías de entrada son iguales en cuanto a peligrosidad.

La más peligrosa es la vía parenteral, seguida de la vía inhaladora, ya que el tóxico absorbido pasa directamente a la sangre.

Los efectos producidos por los contaminantes químicos son muy variados y pueden ir desde una simple irritación local hasta el cáncer.

Prevención de los efectos tóxicos de los agentes químicos

La principal medida para la prevención de los efectos tóxicos de los agentes químicos es la identificación de la exposición a los mismos.

Es necesario conocer cuáles son las sustancias químicas que están presentes en el medio ambiente de trabajo, o que utilizamos con frecuencia para realizar distintas operaciones.

Para conocer las sustancias con las que trabajamos, es muy importante disponer del etiquetado de los productos químicos.

Todos los preparados químicos deben estar provistos del etiquetado correspondiente y de las fichas de seguridad, que proporcionan toda la información y las instrucciones necesarias tanto para manipular el producto con las debidas medidas de seguridad como para hacer frente a posibles medidas de emergencia, si fuesen necesarias.

Adquisición de un producto químico

Tanto el etiquetado como las fichas de seguridad deben ser suministrados por el fabricante, por lo que, en el momento de la adquisición del producto, debemos asegurarnos de que está correctamente etiquetado y lleva las fichas de seguridad.

No debemos olvidar que el fabricante del producto químico está obligado a suministrar el producto correctamente etiquetado y con su ficha de seguridad química correspondiente.

A la hora de la adquisición de un producto químico, se deben exigir ambas cosas.

Una vez identificados los contaminantes, es importante saber la cantidad que hay en el ambiente de trabajo, es decir, la concentración.

Para medir la concentración, podemos utilizar aparatos de medida, que miden la concentración en el lugar de trabajo de manera directa, o podemos tomar una muestra y llevarla a analizar a un laboratorio, es decir, el análisis indirecto.

Cuando sepamos la cantidad de contaminante existente en el ambiente de trabajo, tenemos que compararla con criterios de referencia para saber si esta cantidad se encuentra por encima o por debajo de los valores que se consideran tolerables.

A nivel internacional, los criterios de referencia más utilizados son los TLVs de la ACGIH (American Conference of Governmental Industrial Hygienists o Asociación de Higienistas Americanos).

No obstante, a nivel nacional y cuando existan, se utilizan los Valores Límite Ambientales (VLAs).

Si los valores ambientales que encontramos están por encima de los valores tolerables de referencia, tenemos que tomar medidas correctoras y de control.

Las medidas de prevención deben aplicarse por orden de prioridad

Los distintos productos o sustancias manejados durante los trabajos de los diferentes departamentos médicos generan dentro del sector sanitario el riesgo de exposición de forma continuada.

Principales riesgos químicos hospitalarios

Los principales riesgos químicos hospitalarios vienen producidos por:

Agentes anestésicos

Los anestésicos son depresores del sistema nervioso central, que producen pérdida de consciencia, de sensibilidad, de motilidad y de la actividad refleja.

Se absorben por vía inhalatoria y los más utilizados son el Óxido de dinitrógeno, el Isoflurano, el Enflurano, el Halotano, el Metoxiflurano y el Desflurano.

Podemos encontrarnos el riesgo de exposición a anestésicos durante su aplicación en forma de gas (óxido de dinitrógeno) o líquidos que se aplican por vaporización asimilada por el enfermo, pero el resto puede ir a parar al ambiente o retornar al respirador.

Los espacios susceptibles de este riesgo suelen ser generalmente quirófanos y dependencias próximas a los mismos, salas de reanimación, salas de partos, salas de exploraciones en las que se aplican gases anestésicos.

Efectos sobre la salud que producen los anestésicos

Los efectos sobre la salud que pueden producir por su peligrosidad son, entre otros, los siguientes: infertilidad, problemas hepáticos, renales y neurológicos, malformaciones, etc.

En el caso del paciente, al ser la exposición muy breve, no suele afectarse, pero el personal de quirófanos, al estar sometido a exposiciones prolongadas, puede sufrir los efectos tóxicos de estas sustancias, siendo mayor el riesgo cuanto mayor sea el número de horas diarias de exposición y cuanto más próxima al aparato de anestesia es la posición que se ocupe en el quirófano.

Los trabajadores expuestos son médicos anestesistas, médicos que realicen intervenciones quirúrgicas, enfermeras y auxiliares de quirófano, personal sanitario de salas de reanimación, personal sanitario de salas de exploración donde se trabaja con anestesia general (endoscopias, determinadas exploraciones radiológicas), personal sanitario de salas de partos, etc

Agentes citostáticos

Según la NTP 740: Exposición laboral a citostáticos en el ámbito sanitario” del antiguo Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, hoy denominado Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo “los citostáticosson sustancias citotóxicas diseñadas y utilizadas para causar disfunción celular, inhibiendo el crecimiento de las células cancerosas mediante la alteración del metabolismo y el bloqueo de la división y la reproducción celular”

Este daño no es selectivo para las células tumorales, sino que afecta a todas las células del organismo, resultando efectos tóxicos adversos.

Por su carácter especialmente tóxico y su facilidad de absorción por vía dérmica, respiratoria, digestiva o parenteral, pueden provocar efectos carcinogénicos, mutagénicos y teratogénicos, así como reacciones alérgicas, pigmentaciones, dermatitis, mucositis, cefaleas, náuseas, vértigos, quemaduras etc

Este riesgo también puede darse durante las operaciones de preparación y administración de ciertos medicamentos.

Por ejemplo, en los tratamientos de quimioterapia puede darse el riesgo de exposición a fármacos citostáticos o a otros compuestos o a la inhalación de polvo por trabajar con sustancias sólidas o de aerosoles al manipular soluciones líquidas con jeringuillas o viales.

Las áreas de exposición son los servicios de Farmacia, hospitales de día (Oncohematología, Reumatología, etc.), plantas de hospitalización donde se administren (principalmente Odontología y Hepatología).

Desinfectantes y esterilizantes

La descontaminación, tanto de materiales como de instrumental, es una de las operaciones básicas comunes a todo el sector sanitario, cuyo objetivo es proteger del posible contagio de enfermedades causadas por microorganismos a los trabajadores y enfermos que entran en contacto con objetos y materiales médicos.

Los agentes desinfectantes y esterilizantes son usados en múltiples ámbitos de la actividad sanitaria.

Cualquier profesional sanitario que los utilice o que trabaje en zonas donde se empleen: quirófanos, plantas hospitalización, centros de salud, esterilización, laboratorios, urgencias, etc., están expuestos a ellos.

Las características principales de estos agentes químicos son, una alta actividad de reacción y una buena capacidad de penetración, para que el agente llegue a todos los puntos del objeto o material que puedan estar contaminados.

Dos características que los confieren su potencial peligrosidad, siendo la mayoría irritantes para la piel y las mucosas.

En el caso de los agentes gaseosos, la vía respiratoria, es la vía de entrada más relevante, y en el caso de los agentes líquidos, también puede tener relevancia la vía dérmica.

Formaldehído

El formaldehído es uno de los compuestos orgánicos básicos más importantes de la industria química.

El formaldehído (también llamado metanal o aldehído fórmico) es un aldehído que se presenta a temperatura ambiente en forma de gas incoloro de olor acre y sofocante.

En solución acuosa se denomina formol o formalina

Principalmente se utiliza para fijación de muestras de tejidos.

Es un buen conservante, por lo que también se utiliza para conservar las muestras de tejidos, órganos o incluso cadáveres.

En forma gaseosa se utiliza como esterilizante en cabinas de seguridad biológica.

Las personas pueden verse expuestas principalmente por medio de la inhalación del formaldehído como gas o vapor de aire o por absorción de líquidos que contengan formaldehído a través de la piel.

Hay trabajadores que pueden estar expuestos a niveles más altos de formaldehído que el público en general; son los trabajadores que producen formaldehído o productos que contienen formaldehído, así como auxiliares de laboratorio, ciertos profesionales de atención médica y empleados de depósitos de cadáveres.

El formol se utiliza principalmente en servicios de Anatomía Patológica, quirófanos y salas de Partos.

En menor medida, también se utiliza en centros de salud y ambulatorios; consultas o gabinetes de especialidades donde se obtienen muestras que precisan conservación en formol, genética, etc

Humos quirúrgicos

La aplicación de las nuevas tecnologías a la medicina ha supuesto la aparición o el incremento de factores añadidos de riesgo para el personal sanitario.

Uno de ellos podría ser el humo quirúrgico, que es una colección de partículas suspendidas en el aire procedente de la destrucción térmica de huesos o tejidos

Los humos quirúrgicos son los agentes volátiles producidos durante el electro cauterización, cirugía láser o bisturí ultrasónico.

El área de mayor exposición es el quirófano, donde se utilizan los bisturís que generan el humo quirúrgico; y por ende los trabajadores más expuestos son los cirujanos, instrumentistas y el resto de personal sanitario de quirófano presente durante las intervenciones en las que se emite este contaminante (anestesista, enfermera, auxiliares) o el médico que utilice el bisturí eléctrico en centros no hospitalarios, junto con el personal sanitario presente durante esta intervención.

El desarrollo de la cirugía endoscópica ha venido a añadir nuevas preocupaciones.

Así, en las intervenciones por laparoscopia el humo quirúrgico y la columna de humo generado no pueden ser absorbidos por el peritoneo del paciente, hecho que disminuye la visibilidad durante la intervención quirúrgica y hace necesaria su extracción.

Las partículas aerosolizadas dificultan la visión por colocarse sobre las lentes del laparoscopio o por permanecer en suspensión entre el laparoscopio y el objetivo quirúrgico.

Por ello, para restablecer la visibilidad en el campo quirúrgico, se requiere la limpieza de las capas de partículas sobre las lentes del laparoscopio, así como la expulsión al exterior o la aspiración del gas y las partículas aerosolizadas.

Parece ser que los instrumentos monopolares son los que ocasionan el mayor deterioro de la visibilidad, mientras que los bipolares y los ultrasónicos son los que menos la afecta.

En cualquier caso, la persona encargada de la extracción del aerosol o la columna de humo es la que más sufre sus consecuencias

Los efectos sobre la salud que más se dan son la irritación respiratoria; el riesgo biológico; la carcinogenicidad; dolor de cabeza, fatiga, náuseas, vómitos y arritmias.

Látex

El látex es un líquido lechoso obtenido del árbol tropical Hevea brasiliensis o árbol del caucho

En el ámbito sanitario existe además riesgo de exposición a compuestos como el látex, (presente en guantes, sondas, drenajes, fonendos, manguitos de tensión, ambús, sistemas de infusión venosa, compresores, tapones viales, etc) o disolventes (acetona, alcohol metílico, benceno, fenol, hexano, mercurio metálico, tolueno, xileno, etc.) usados en laboratorios y trabajos de mantenimiento y limpieza, etc.

La alergia al látex constituye un importante problema de salud entre los trabajadores sanitarios, tanto por su elevada prevalencia como por la gravedad de las reacciones que puede producir.

En los casos de trabajadores alérgicos al látex pueden darse casos que van desde dermatitis por contacto, urticaria y edemas locales o generalizados, rinitis, conjuntivitis o asma si se ven afectadas membranas mucosas, hasta problemas respiratorios y anafilaxis en casos extremos

Mercurio

El mercurio y los compuestos mercuriales constituyen según la OMS uno de los diez grupos de productos químicos con mayores repercusiones en la salud pública.

Según la OMS son muy peligrosos y son necesarias más medidas para evitar sus repercusiones negativas en la salud.

Es un metal pesado presente en la naturaleza en diversas formas químicas, siendo el único metal que en su forma pura (A temperatura y presión ambiente) se presenta como un líquido blanco plateado que se evapora con facilidad pudiendo permanecer en la atmósfera hasta un año.

Así mismo, metales pesados actúan sobre el sistema nervioso central limitando o reduciendo la actividad cerebral o produciendo afecciones del tipo renal.

EL mercurio se utiliza sobre todo en los termómetros de bulbo para medida de la temperatura de pacientes (contienen unos 2 gramos por termómetro) y en esfigmomanómetros de columna.

También está presente en barómetros y termómetros de pared, porque en ciertas técnicas diagnósticas se precisa conocer la temperatura y presión ambiente, y en los tubos fluorescentes en forma de vapor y en muy pequeñas cantidades.

El mercurio que contienen los termómetros, esfigmomanómetros, etc. puede pasar al ambiente laboral porque se rompen fácilmente

Los vapores del mercurio son tóxicos y corrosivos.

El mercurio es dañino por inhalación, ingestión y contacto.

Puede absorberse por la piel.

También es muy irritante para la piel, ojos y vías respiratorias.

Cualquier persona que trabaje en centros sanitarios que utilicen de forma habitual dispositivos conteniendo mercurio, puede estar expuesta al mercurio; aunque existen mayores exposiciones en las plantas de hospitalización

Otros: Metacrilato de metilo, xilenos

Por ultimo, indicar que, según datos de las respuestas a los cuestionarios de las encuestas del ‘European Survey of Enterprises on New and Emerging Risks’ (Esener), los principales riesgos emergentes de los profesionales sanitarios que cabe esperar en Europa a partir de los cambios contextuales y los riesgos actuales, se prevé un aumento de la exposición a agentes químicos relativamente nuevos, como los nanomateriales, con consecuencias desconocidas para los trabajadores.

El personal que maneje estos materiales debe adoptar precauciones extraordinarias y hay que seguir investigando además sobre sus posibles efectos.

 

Os dejamos una publicación que pretende “ofrecer una visión profunda de los principales agentes químicos presentes en el ámbito sanitario, recopilando la información obtenida de diferentes fuentes de reconocido prestigio, así como las medidas preventivas que se muestran más eficaces en la actualidad para evitar los riesgos asociados a esta exposición”.

Esta publicación, elaborada por ANMTAS, es una Asociación Científica, que aglutina a expertos en Prevención de Riesgos Laborales, entre los que se incluyen Médicos/as del Trabajo, Enfermeros/as del Trabajo y Técnicos/as en Prevención de Riesgos Laborales pertenecientes al medio sanitario hospitalario y extrahospitalario.

Tanto del sector público como privado trata específicamente sobre los agentes químicos presentes en el ámbito sanitario, lo cual representa una dificultad importante para los profesionales relacionados con la Prevención de Riesgos Laborales que trabajan en este sector, con la profundidad y rigor que demandan los profesionales que actualmente se dedican a la prevención de riesgos laborales en nuestro sector.

Otros riesgos

No debemos olvidar otro tipo de riesgos, como los riesgos producidos por otros factores higiénicos (biológicos y físicos -radiaciones, ruido, etc), de seguridad en el trabajo (resbalones, tropezones, caídas) o ergonómicos (levantar, empujar, posiciones forzadas, movimientos repetitivos, posturas prolongadas en posición vertical o sedante) o psicosociales (horas de trabajo, exigencias emocionales, estrés, etc…).

El estrés, la violencia y el acoso laboral son problemas importantes para la salud y la seguridad en el trabajo.

Todos estos riesgos psicosociales alcanzan una importancia de primer orden en el sector de la asistencia sanitaria y los servicios sociales, seguidos por la educación y la administración pública.

 

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La prevención de riesgos laborales en laboratorios: seguridad desde el diseño.

Los laboratorios son lugares de trabajo que, sin duda, presentan una serie de singularidades que deben tenerse en cuenta para el correcto control y gestión de los riesgos laborales. Podemos destacar las siguientes:

Diseño de un laboratorio: elementos a tener en cuenta:

Cada laboratorio tiene unas necesidades preventivas específicas establecidas por las actividades que se desarrollarán: por ejemplo, las de uno dedicado a la química orgánica serán muy distintas a las de otro de microbiología. Así, es imprescindible que, desde el comienzo del proyecto, exista una comunicación fluida y eficaz entre el proyectista y los futuros usuarios, ya que la experiencia del primero será de gran importancia para un correcto diseño.

El adecuado diseño inicial del sistema de climatización y ventilación del laboratorio resultará crucial para un correcto control de los contaminantes, para el confort térmico, acústico y olfativo, así como para la adecuada eficiencia energética de estos espacios. En este sentido, el proyectista deberá considerar los siguientes aspectos:

Además, se debe prestar especial atención a las necesidades de almacenamiento de este tipo de instalaciones. Así, se planificarán espacios para líquidos inflamables, corrosivos, gases a presión, agentes de elevada toxicidad o residuos peligrosos. El diseño debe tener en cuenta el trasiego seguro, también desde un punto de vista ergonómico, de todos estos elementos desde la recepción hasta su retirada.

Se prestará especial atención al adecuado diseño y distribución de los elementos de seguridad activa y pasiva necesarios: tipos de extintores, compartimentaciones, señalización, duchas y lavaojos de emergencias, equipos para el control de fugas y derrames.

Finalmente, las instalaciones del laboratorio deben diseñarse con una adecuada flexibilidad para permitir adaptarse a los cambios que se producen en estos entornos.

El correcto diseño de estos elementos, entre otros, permitirá disfrutar de una instalación con un elevado nivel de seguridad y confort que, sin duda, redundará en la salud de los trabajadores, el respeto al medio ambiente y la calidad del trabajo en el laboratorio.

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Producción de citostáticos: Peligros que amenazan a tus pacientes y personal

La industria farmacéutica es conocida por su revisión constante de normas y protocolos por los peligros vinculados al manejo de sustancias tóxicas. En este sentido, el almacenamiento y producción de citostáticos requiere atención especial por sus efectos potenciales sobre el personal encargado de trabajar con estos fármacos.

Principales riesgos de la manipulación y producción de citostáticos:

Utilizados para el tratamiento de enfermedades oncológicas mediante la quimioterapia, los agentes citostáticos son antineoplásicos diseñados para atacar ciertas células. Su función consiste en destruir tumores, pero también puede afectar el organismo. Cómo interactúan con el ADN animal y humano, son considerados tóxicos, mutagénicos, carcinogénicos y teratogénicos.

Se sabe bien que estas sustancias implican riesgos ocupacionales en un corto, mediano y largo plazo. Cuando el personal está expuesto durante la recepción, administración, almacenaje, producción de citostáticos y eliminación de residuos, puede desarrollar efectos como:

Las normativas nacionales e internacionales, conscientes de este problema, han establecido diferentes protocolos para minimizar los riesgos. Estas medidas están pensadas para evitar la exposición común mediante derrames, inhalación de vapores o polvo, heridas por instrumentos cortopunzantes y contacto del material citotóxico a través de la piel, ojos o mucosas.

¿Cómo minimizar los peligros de los agentes citotóxicos?

Todo hospital o centro de salud que favorece la manipulación y producción de citostáticos, debe conseguir la certificación y validación de sus procesos para reducir los riesgos de exposición a estas sustancias tóxicas. Esto tiene como propósito:

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La Protección Radiológica dirigida hacia el Paciente

Entre todas las prácticas que involucran radiaciones ionizantes, la aplicación en el campo de la Salud, es la responsable de la mayor contribución de la exposición de la población. Por tal motivo, organismos internacionales como la Comisión Internacional de Protección Radiológica, la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y el Organismo Internacional de Energía Atómica, aúnan esfuerzos proponiendo recomendaciones y normas básicas que sirvan de referencia, permitiendo una aplicación óptima de las técnicas radiológicas para un mayor beneficio de la sociedad con un riesgo mínimo por reducción efectiva de las dosis de exposición ocupacional y de la población. Pero esto no es suficiente, dado que también debe existir una normativa respecto a una protección radiológica dirigida a los pacientes, aspecto que si bien aún no está reglamentado en nuestro país, se encuentra en proceso de revisión a partir de propuestas internacionales.

 

“Protección Radiológica dirigida al Paciente”

La protección radiológica orientada a pacientes dentales se enmarca en el ámbito del Control de Calidad en Radiología Odontológica, que ha sido tema del Ministerio de Salud de nuestro país y que en particular el Instituto de Salud Pública lo ha considerado en el Manual de Protección Radiológica y Buenas Prácticas en Radiología Dento-Maxilo-Facial.

A partir de propuestas emanadas de trabajos nacionales e internacionales, se proponen las siguientes medidas orientadas a la Protección del Paciente de Rayos X para diagnóstico dental:

a) Asegurarse que las imágenes requeridas correspondan a necesidades clínicas que justifiquen la práctica radiológica.
b) Participación de personal calificado en las tomas radiográficas.
c) Adquirir equipos validados y/o certificados internacionalmente.
d) Aplicación de equipos digitalizados que reducen la dosis de radiación en pacientes.
e) Uso de películas más sensibles.
f) Proporcionar delantal plomado con protector de tiroides a pacientes.
g) Consultar si la paciente mujer está embarazada.
h) Respetar técnicas que eviten repetir tomas radiográficas (explicar procedimiento a paciente, colocación de la película radiográfica, ubicación del cono localizador y mantención de inmovilidad del paciente).
i) Mantener observado permanentemente el paciente antes del disparo.
j) Utilizar buenas técnicas de revelado de películas.
k) Revisar la repetición de tomas radiográficas para que no se vuelva a producir.
l) Someter a los equipos de rayos X a mantenciones anuales de carácter preventivo.
m) Aspectos a controlar anualmente en equipos de rayos X dental:

– Buena movilidad de las partes del equipo y sin daños apreciables.
– Radiación fuga a través de la coraza del tubo de rayos X.
– Sistema de colimación del equipo, para evaluar campo de radiación homogéneo y centrado.
– Exactitud del tiempo de exposición.
– Filtración total de aluminio de acuerdo al KV del equipo.
– Linealidad de la exposición en la repetición de tomas radiográficas.
– Evaluar calidad de imagen.
– Revisar hermeticidad de la caja de revelado.

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